Estos días he visitado Montserrat, en España, que está considerado como uno de los lugares más misteriosos de Europa. Se trata de una gran mole rocosa donde, según la tradición, ocurrió un hecho prodigioso en el siglo noveno después de Cristo. Siete pastores vieron descender, a lo largo de siete sábados seguidos, varias luces que parecían querer llamar la atención sobre una cueva elevada de la montaña. 

El prodigio se repitió acompañado siempre de una especie de música melodiosa que parecía emanar de la referida gruta. El obispo de Manresa envió una comitiva de siete hombres al lugar para dilucidar el misterio. En aquella cueva encontraron una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús. 

Esta cavidad rocosa de la montaña de Montserrat hoy es conocida como la Santa Cueva. La leyenda asegura que se trataba de una imagen escondida allí a causa de la conquista musulmana de la Península Ibérica, para que no cayera en manos de los árabes.

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Aseguran las crónicas antiguas, como la de Fray Pedro de Burgos, que aquella imagen apareció envuelta en luz y resplandor desprendiendo un olor agradable, un perfume que ya habían percibido mientras subían la montaña. 

Entre estos fenómenos maravillosos también se cuenta que, cuando intentaron trasladar la imagen de lugar, la Virgen se volvía cada vez más pesada, de tal modo que resultaba imposible proseguir la marcha con ella. Aumentó de peso en varias toneladas cuando se quiso trasladar de lugar. 

La Virgen de Montserrat es conocida popularmente como ‘La Moreneta’ porque tiene un color oscuro, y la tradición asegura que fue creada en el siglo I por San Lucas. Sin embargo, las investigaciones actuales indican que la imagen actual debió de producirse alrededor de los siglos XII y XIII.

Fue en abril de 2001 cuando se dieron a conocer las conclusiones de un estudio del Servicio de Restauración de Bienes Muebles de la Dirección General del Patrimonio Cultural de la Generalitat, que sometió la escultura a un minucioso examen por encargo de la abadía benedictina. 

Los restauradores dijeron entonces que la imagen es de madera de álamo y que la cara y las manos de la talla románica de Montserrat eran originariamente blancas y fueron oscureciendo a partir del siglo XVI a causa del plomo que contenía la pintura blanca de su cara.

Foto: (Especial)

Esto acabó provocando que se pintara la imagen con un color castaño oscuro y que, dos siglos más tarde, se optara por el color negro. Se asocia a San Lucas, como en el caso de otras vírgenes como la Virgen de Guadalupe de Extremadura, para asegurarles un pasado legendario o para esconder claves ocultas sólo a personas iniciadas. La asociación con Tierra Santa y San Lucas alude a cultos solares paganos anteriores al cristianismo.

Toda virgen asociada a San Lucas, a animales como toros o vacas, o a Tierra Santa, se relaciona con cultos anteriores a diosas de la fertilidad y de la Tierra como Isis en Egipto o Cibeles y Artemisa en el entorno grecorromano. En otras palabras, estos elementos que se añaden a la leyenda nos habla de significados ocultos de la Virgen sólo aptos para personas iniciadas en determinadas tradiciones de tipo hermético. 

El relato de cómo fue hallada la Virgen de Montserrat, gracias a unas luces y a un sonido especial, se relaciona con otras apariciones como la de Fátima en Portugal, haciendo que muchos expertos interpretan estos hechos en clave ufológica más que religiosa.

Contactados en la Roca Foradada

Aseguran que en este sitio es donde más se pueden ver luces extrañas 

Al día de hoy, todavía siguen produciéndose en Montserrat avistamientos de luces extrañas, e incluso hay grupos que se reúnen una vez al mes para observar allí estos eventos de tipo ufológico. 
Desde 1977, el catalán Luis José Grífol asciende cada mes a la cima de la montaña, asegurando que mantiene comunicación telepática con ovnis que se aparecen en Montserrat.

En concreto, asegura que el lugar más fuerte donde se aparecen estas luces en Montserrat es la llamada Roca Foradada, una pequeña explanada en el término municipal de Santa Cecilia donde confía en que, el día 11 de cada mes, le visiten los ovnis. Son cientos de personas las que, en ocasiones, han estado junto con Grífol en la Roca Foradada. 

Según este contactado, cada vez que alguno de los presentes tiene un pensamiento positivo, los ovnis iluminan la zona e incluso pueden fotografiarlos.

Foto: (Especial)

Cabe señalar que veteranos investigadores del fenómeno ovni en España, como el pionero Antonio Ribera o Javier Sierra y Manuel Carballal, han sido testigos de avistamientos ufológicos en Montserrat. 

Incluso, en 1987, Carballal y Sierra tomaron rumbo a Montserrat con la intención de desenmascarar a Grífol, y ellos mismos se convirtieron en testigos del avistamiento de las mismas luces extrañas que tantos años lleva Grífol defendiendo que existen en Montserrat y que fueron las que guiaron a los pastores hasta la Santa Cueva de la Virgen.