segunda guerra mundial
Sobreviviente de la bomba atómica en Japón, encontró cobijo en México
Debido a la falta de información sobre la radiación que había contaminado el terreno, las personas que se habían salvado comenzaron a morir
(Foto: Archivo, El Gráfico)
POR CAROLINA ROMERO
Como si hubieran caído mil relámpagos al mismo tiempo, una luz blanca llenó los ojos del pequeño Yasuaki Yamashita. Su madre lo jaló al suelo y lo protegió con su cuerpo; entonces se escuchó el estruendo y, de repente, Nagasaki se quedó en silencio total.
A las 11:02 horas, el jueves 9 de agosto de 1945, EU detonó en la ciudad japonesa una bomba atómica marcando el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Tras 74 años, Yasuaki recuerda una infancia amenazada por los ataques aéreos. Una de las escenas que marcó a Yasuaki fue ver cómo uno de los niños con los que jugaba llegó al refugio con la espalda totalmente destrozada por una quemadura, luego murió.
Los años que siguieron fueron difíciles. El sufrimiento que trajo la bomba al pueblo japonés no se detuvo tras el estallido. Debido a la falta de información sobre la radiación que había contaminado el terreno, las personas que se habían salvado comenzaron a morir y los residentes de otros sitios empezaron a discriminar a los sobrevivientes.
Yasuaki anhelaba huir de Japón y de la discriminación y encontrarse en un sitio donde nadie supiera que era sobreviviente. México apareció en su mapa. Renunció a su trabajo y viajó al país. Hoy, radica en San Miguel de Allende.