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“¡No mames, carnal, ¿dónde me trajiste? Ve, el señor recoge la comida del suelo y la vuelve a echar a la olla. Estoy bien nervioso, la neta se ve bien asqueroso”, expresó el taquero. Después de ingerir el alimento, el taquero empezó a sentir malestar y sudoración, por lo que fue trasladado de urgencia a un hospital.
“Mírame, hasta quiero vomitar. No más por respeto a la gente y a los clientes que estaban ahí, pero también tengo una taquería y ¿creen que me va a gustar que alguien llegue y vomite al ver lo que vendo?”, dijo el mexicano después.
Finalmente, el taquero se recuperó y recibió su premio.