Raro, extraño, ajeno, se oye el Congreso de la Unión, donde el aprecio por invocar periodos extraordinarios y presumir abultadas listas de temas legislativos a nadie le cuesta y a la hora de los reclamos siempre se le echa la culpa a los demás.
En ese juego están los legisladores ahora en las Cámaras de Diputados y Senadores, donde se hacen previsiones de trabajar duro en agosto, que es un mes de receso legislativo, y no se diga en el periodo ordinario de sesiones, que va de septiembre a diciembre.