El enojo es una emoción saludable. Nos sirve para defendernos y nos da el impulso necesario para actuar. Es dañina cuando reaccionamos de manera desproporcionada ante un evento. Hay quienes, a causa del mal manejo de la ira, insultan, incurren en la violencia física, dañan la propiedad ajena, manejan peligrosamente, pierden el trabajo y hasta tienen problemas legales.
La ira desbocada daña las relaciones y la reputación de quien se deja llevar por ésta.