A través de las décadas, los mexicanos indocumentados en Estados Unidos representan un grupo migrante que genera bienestar en esa economía e inyecta recursos en sus regiones de origen en México.
El precio de ir a trabajar a Estados Unidos ha sido la violación de sus derechos laborales, y hasta con la pérdida de la vida de miles que han perecido en el desierto, en el cruce de la frontera por tierra o agua, y más recientemente a manos de bandas del crimen organizado.