El 11 de abril de 1980 a las 07:15 horas, el Comandante en Jefe de la Base Militar, La Joya, ubicada al sur de Perú, le ordenó a Óscar Santa María Huertas, derribar a un objeto volador anómalo que se desplazaba lentamente hacia ellos y se temía que fuera tecnología de países vecinos interesados