El futbolito de nuestra infancia parece empolvarse en las ferias, pero aún hay locos y soñadores que lo han rejuvenecido
Cuando éramos niños, el entusiasmo era suficiente para ganar las batallas a nuestros enemigos imaginarios
Cuando éramos niños inventábamos mundos fantásticos, en los que peleábamos contra la miseria y sus villanos
Desde niña fue atacada con palabras como “gorda y modelo fracasada”
Ya no somos los mismos soñadores, el tiempo nos comió el dobladillo de los pantalones cortos. Desde niños ya jugábamos a escapar de la miseria
Hay mujeres que parecen saber cosas misteriosas que desconocemos, que ya habíamos olvidado o nomás porque somos unos pinches necios
Las apps se vuelven un imán para los pequeños, lo mismo pueden jugar que aprender con ellas, incluso los adultos
En entidades con mayor pobreza hay más niños que realizan labores productivas