El perreo no tiene la culpa
LEO AGUSTO
Una mentada de madre al entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz desde el festival de Avándaro, que se transmitía por la radio en vivo, tuvo como consecuencia la censura por más de dos décadas del rock and roll en México. Hasta que llegó, con la caída de la dictadura franquista en España y de la dictadura militar en Argentina, la movida española y el boom del rock en tu idioma. En México sonaron los Caifanes, Café Tacuba y Fobia como insignias del rock mexicano, que dejaron el underground para entrar al territorio mainstream nacional.
Ahora nos enteramos que al senador Salvador Jara no le gusta el reggaetón y quiere prohibir su difusión en radio y televisión concesionadas. Esto porque considera que las letras son machistas y violentan a la mujer. ¿Será que el legislador encontró el meollo de la violencia de género en México? La respuesta es no. No ha escuchado la violencia que desparrama la música banda y las rancheras.
Resulta que las principales figuras del reggaetón provienen de otros ámbitos de la cultura latinoamericana, de países como Puerto Rico y Colombia. Y la música de este género que hoy escuchan los jóvenes es un reflejo de la realidad nacional, de la tragedia que es este país para las mujeres.
No es coartando la libertad de expresión como se va a terminar con la violencia estructural, porque si hablamos de expresiones llenas de misoginia y machismo, ahí tenemos al ciudadano Presidente que tuvo la idea de iniciar con la venta de ‘cachitos’ para la supuesta rifa del avión presidencial el próximo 9 de marzo, día en que está convocado el paro nacional de mujeres en protesta contra los feminicidios y la injusticia que significa ser mujer en México. ¿Deberíamos censurar el machismo de Obrador al amparo del poder público? Deberíamos.
@LeoAgusto