TP-01, no lo quiso ni Obama
LEO AGUSTO
Costó 30 millones de pesos mantener el avión presidencial un año varado en California. El objetivo era venderlo al ser considerado por el Presidente como un símbolo de la corrupción del pasado. Pero no hubo comprador para la aeronave valuada en 130 millones de dólares y que aún se sigue pagando.
Durante la campaña electoral y el primer año de gobierno, AMLO vistió con un halo providencial al TP-01. Con el recurso económico obtenido por la venta se cubrirán muchas necesidades de la población más pobre del país. Las cuentas fueron siempre alegres, como dotar de agua potable al municipio de Zacualtipán, Hidalgo y hasta un homenaje al general Felipe Ángeles.
También estaba contemplado un plan integral para reducir el flujo de migrantes provenientes de Centroamérica. Además se pensaba crear un programa de apoyo para defensores de derechos humanos.
Pero la trampa populista está en que el “José María Morelos y Pavón” aún no ha sido liquidado. Lo sano sería utilizar el monto de la hipotética venta para saldar la deuda con la empresa Boing.
El Presidente emuló la fábula de la lechera que cuentan a los niños en edad preescolar, donde la hija de un granjero va camino al pueblo con una cubeta de leche y piensa en comprar huevos que se convertirán en pollos, mismos que venderá para comprar un vestido que le ayudaría a encontrar un buen partido. Pero en el camino la joven lechera tropezó tirando la leche al piso donde quedaron desperdigados sus ambiciosos planes.
A pesar de la evidencia contundente, López Obrador se niega a reconocer la fallida venta como un fracaso, ahora tendrá que buscar otra aspiración esperanzadora para animar sus discursos y justificar sus pobres resultados. Al final, al avión Presidencial no lo quiso ni Obama.
@LeoAgusto